La mañana amanecía fría y borrascosa. El invierno había llegado y el Pinar de Salinas nos esperaba repleto de cintas para trazar un duro, técnico y divertido circuito de ciclocross.
Tras las dos vueltas de reconocimiento y calentamiento uno ya se da cuenta de lo difícil del trazado. Constantes cambios de dirección y de ritmo sobre una superficie arenosa y cubierta de hojas de pino obligarán a todos los corredores a exigirse al máximo física y técnicamente.
Tras una salida en mitad de pelotón, hasta la fecha desconocido para mí, voy trazando e intentando no perder rueda, sin embargo, rápidamente las carencias técnicas me ponen para atrás. Primero una caída en una derechas de bajada, con golpe en las rodillas contra cuadro, manillar o yo que sé, pero duro,que me retrasa. Las neuronas empiezan a chiflar y otros dos errores antes de acabar la segunda vuelta me ponen definitivamente fuera de juego. Ya es tarde para hacer un máster en Bélgica, así que toca pensar y empezar a pedalear y trazar asegurando más y ver hasta dónde llegamos.
En cada vuelta veo que voy cazando a otros ciclistas y remonto hasta 4 posiciones, si bien mis limitaciones técnicas siguen patentes e incrementadas por el atasco de una cala que quizás por la acumulación de arena decidió trabajar con ciertos caprichos. A pesar de todo, me divertí un montón en un circuito precioso que pienso gustó a todo el mundo, incluido público asistente.
Aún no han salido publicadas las clasificaciones y al no poder quedarme nada más que a la primera vuelta de M30, carecemos de toda la información deseada para completar la crónica como me hubiera gustado.
Las fotillas que hice no son muchas esta vez y las podeis ver en https://picasaweb.google.com/lh/myphotos
Foto tomada por Fernado del C.C Altitud. |
El ciclista de Niembro, Cuanda, durante la prueba de M30. |
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