¡BASTA YA!

Estos días pasados hemos vivido con tristeza, quizás ansiedad, o incluso desilusión el caso de Alberto Contador y sus niveles de clembuterol en un control realizado la jornada de descanso del pasado Tour de Francia. A partir de aquí, la sombra del doping en el ciclismo persigue a toda la comunidad ciclista. En el ascensor, en el trabajo, los amigos me asaltan casi deseosos de que les dé la receta que llevo yo mismo en botellín de agua, como si el Isostar en un botellín de un ciclista fuese un elisir mágico y poderoso diferente al que se toma un atleta o un jugador de baloncesto.

Efectivamente, mal, muy mal está tratando la UCI el tema del doping y más que conseguir eliminar a los tramposos del pelotón, está consiguiendo vender una imagen negativa e irreal de este deporte, haciendo que la opinión pública vea al ciclismo como el único deporte donde hay doping. La UCI y la AMA son incapces de controlar las filtraciones a la prensa de sus controles (curioso que esto no pase en otros deportes, habiendo también positivos), no denuncian y condenan informaciones publicadas en mediosde comunicación que hacen referncia sustancias encontradas en las muestras de ciclistas (de algunos) mediante supuestos test no homologados o no realizados, ¿o acaso se puede buscar lo que sea  y como sea para cargarse a un deportista concreto? En fin, que al final otros deportes logran hacernos ver que la hormona de crecimiento sumisistrada a Messi en categorías inferiores nos permite ahora disfrutar de los goles de este deportista y encima que este no sea un canijo acomplejado, o que una posible autotrasfusión para que Xabi se cure de su lesión de forma más rápida y así mejorar su rendimiento sea un avance de la ciencia y la medicina, o que el  clembuterol encontrado en una muesra del campeón olímpico y del mundo de tenis de mesa, que fue el doble del que presntó Contador, sea una cantidad ínfima para entender que que se dopó y admitir en cuestión de horas que este sí se contaminó con un alimento.

Pero ya e colmo es cuando uno lee que otra victima de esta caza de brujas fue víctima de estos organismos que cuanto menos no son excesivamente profesionales y rigurosos. Así, Pelizotti, ganador de la montaña en el Tour 2009 y sancionado por dos años por presuntas irregularidades en su pasaporte biológico (por cierto, CR7 no sabe que es esto) es tras un año de cumpliento de su sanción absuelto porque las pruebas no eran concluyentes.

Señores ciclistas, es hora de pegar un puñetazo en la mesa y pedir que a todos los deportistas se les trate igual en este complicado asunto.