Tras un abril generoso en precipitaciones, y que fueron de nieve en las cotas que nos cargan nuestras montañas de tan preciado elemento blanco, la temporada de esquí la estamos alargando quizás a hasta que llegue un cambio brusco del tiempo más propio del verano. Tal vez pasemos del plumas y el Gore a las bermudas y chanclas.
El pasado 29 de abril pudimos despedir la temporada de Fuentes de Invierno. Una semana antes ya cerramos San Isidro, pero las estaciones asturianas se animaron a abrir un fin de semana más y por nieve podrían seguir haciéndolo seguro. En cualquier caso, gracias a Sani y a Fuentes por esa ampliación que nos brindasteis. Pero, una vez cerrados los remontes, ¿por qué colgar las tablas si hay nieve?. Pues eso, que toca foquear.
El 1 de mayo salimos hacia Fuentes con sol en la costa y algo de viento de suroeste. No nos imaginábamos que en la Cordillera se estuviese cociendo una borrasca importante. Nos calzamos las tablas con las focas en Fuentes y ascendimos hasta la collada del Lomas con la intención de tirarnos a Riopinos, pero fuerte vendaval nos hizo retroceder. La bajada a Fuentes estaba mal. Nieve dura y con huella aún de las esquiadas del domingo. Salencias podría estar en su punto y allí fuimos. Un par de tiros más nos regalaron dos bajadas con una nieve en un punto mágico de trasformación.
De momento la primavera está luchando cara a cara con el invierno, pero no gana la batalla. Los pronósticos siguen dando precipitaciones, pero nos nos confundamos, así pueden ser nuestras primaveras. Unas veces solo nos dejan pasear por las playas del Cantábrico en camiseta y bañador, otras, solo seguir esquiando, y las mejores, las que nos dejan esquiar y pasear por las playas. ¡Qué maravilla de tierruca tenemos!
Con mi amigo Javi haciendo el rebecu por los fueras de Fuentes el 29 de abril. |
El Torres el 1 de mayo. |
El Toneo dando la bienvenida a la primavera. |
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