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viernes, 25 de mayo de 2012

HAMBRE DE CICLISMO

El sábado 19 de mayo Cangas de Onís y Cabezón de la Sal estaban destinadas a ser las capitales mundiales del ciclismo. Lejos se estaba disputando el Giro de Italia y el buen hacer de los Purito, Scarponi, Basso, etc querían poner difícil esta capitalidad, pero los más de 5000 ciclistas inscritos en las pruebas cantábricas queriamos ser protagonistas.
La jornada amanecía fría y lluviosa. Los pronósticos no eran los mejores para la práctica del ciclismo, pero aún así, la gente se colocó detrás del portillón de salida de Cangas y Cabezón.
Los primeros dispuestos a enfrentarnos con nuestras "flacas" a subir a los Lagos de Covadonga, previo paso por La Tornería y Rebollada, y los segundos,  con sus compañeras de ruedas gordas, dispuestos a competar los 164km de los Diezmil del Soplao.
Sin duda, las ediciones del 2012 se recordarán como una de las más duras celebradas. En la prueba cántabra los cuadros de hipotermia y la niebla en la Palombera obligaba a los organizadores a recortar parte del recorrido a partir de las 14:00 horas. La dureza del Soplao se agudizaba hasta límites que no garantizaban la seguridad de los ciclistas. Entre tanto, los que recorríamos las carreteras del oriente astur, íbamos metidos en grupetas en las que el spray de agua que levantábamos era similar al del paso de un F1 en Silverstone en días de lluvia. Los ciclistas sufríamos, pero nuestras máquinas también. El día era duro para todos y los cables de cambio rotos, núcleos y cadenas nos oblgaba a más de unos a esperar el coche de asistencia técnica.   Aún así, la gente no se apaeba de la bicicleta y con caras de sufrimiento y frío más de 2000 participantes coronábamos en lo alto de los Lagos.
A diferencia de otras ediciones, en esta lo más duro estaba por llegar. Aún con ropa de cambio, el descenso del puerto sería agónico. Temblores que hacían a alguno pensar que el lunes habría que visitar al dentista, falta de fuerza en las manos para controlar la velocidad en el descenso o incluso agotamiento de las zapatas eran la tónica. La épica estaba entre nosotros.
Desde aquí quiero felicitar a la organización C.C. Navastur por el buen trabajo que hacen año tras año y a todos los participantes por hacer de esta jornada un día grande de ciclismo, pero en especial a las cada vez más mujeres que formaís parte del pelotón. El día fue muy duro, pero el hambre de ciclismo no nos hace colgar la bici.


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