El pasado sábado 21 de Mayo Cangas de Onís se convertía en la capital de cicloturismo nacional, más de 3200 deportistas colgábamos los dorsales en nuestros maillots para afrontar la Clásica Internacional Lagos de Covadonga.
Una vez más el ambiente en la que fuera la primera capital de España era sensacional. El colorido de las gentes venidas de toda España y algunos del extranjero, junto con los paisanos y paisanas locales que animaban desde aceras y balcones provocaban que más de uno tuviera que esconderse para echar la meadina del miedo antes de la salida. Emoción, nostalgia, en fin un cúmulo de sensaciones muy especiales te recorren las venas cuando el himno de Asturias nos marca la salida,...¡ya no hay vuelta atrás!.
Un mar de ciclistas arrancan hacia Ribadesella, el ritmo de la marea es altísimo y tendremos que coger nuestra grupeta, aquella que te haga rodar rápido pero dejando balas para el final. No había tiempo a pensar demasiado y convencidos de que para bajar el tiempo del año anterior había que apretar hasta Porrúa intentamos hacer una buena media en este primer tramo. El resultado fue positivo y tras parar en el avituallamiento de Porrúa a coger líquido, nos planteamos la Tornería (primer alto de la marcha) conservando, ya que apretando en este espectacular puerto tienes más que perder que ganar. En el alto 2 horas y 6 minutos de ruta llevamos, casi 11 minutos menos que año anterior, ¡la cosa iba bien!.
La Rebollada era la siguiente cota en el camino. Sin cebarnos coronamos y nos avituallamos. A partir de aquí, lo que salga...; bajada rápida hasta Corao en una grupeta estupenda para nuestros intereses y forma, animados por cientos de personas que salen a la carretera a animar el paso de los ciclistas te pasan los kilómetros...pero, sin querer, en ese asfalto rugoso que toma la carretera de Covadonga, uno levanta la cabeza, mira hacia arriba y la Basílica del Real Sitio se te cruza en la mirada. ¡Inmensa Asturias, inmensa Covadonga!.
En los terrenos de Pelayo, una vez más, miles de ciclistas tenemos una cita con la épica. Las duras rampas de los Lagos de Covadonga harán retorcernos sobre nuestras bicicletas para alcanzar la meta, una meta que más que por una línea y un arco, está marcada por la satisfación de lograr un reto, por el placer de disfrutar con nuestro deporte y que carreteras y marchas como esta lo hacen más grande aún.
Fer y yo logramos bajar el tiempo de años anteriores y bajar de las 5 horas. Finalmente, 4 horas y 41minutos fue nuestro crono, y con una ascensión a Lagos de 1hora 4 minutos nos hace sentirnos tan orgullosos como el mismísimo Contador cuando gana el Tour.
El año que viene volveremos.
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Con el Enol detrás un año más. |