Desde que comenzó la temporada ya observé pequeños detalles en el funcionamiento y gestión del complejo invernal de San Isidro que me hacían presagiar que este año la cosa tendía a la apatía, dejadez y por tanto un mal servicio al usuario. Operarios llegando a su puesto de trabajo a escasos 20 minutos antes del horario oficial de apertura, aparcamiento sin limpiar durante días tras varias jornadas sin precipitar nieve o incluso la discutible tardanza en preparar Requejines en el mes de diciembre cuando la nieve no abundaba, pero que todos sabemos lo importante que es trabajar la nieve y hacer base para garantizar un mejor “agarre” cuando vuelva a caer el deseado copo, o no sufra un duro revés si el agua y la niebla hace presencia.
Ante tal situación podemos reflexionar sobre el coste de la gestión de una estación de esquí, la crisis económica, etc, pero sin duda alguna, esta no debe dejarnos olvidar que ante todo es obligación de una dirección garantizar los servicios que se ofrecen al público y con una calidad aceptable, porque además lo estamos pagando.
Creo que estamos ante una situación en la que se demuestra que el sistema público de gestión en la que las cuentas no están debidamente realizadas porque los presupuestos, gastos, ingresos mezclan multitud de departamentos de la Diputación, es un fracaso.
Desconozco el coste de mantenimiento y funcionamiento de una estación, pero a buen seguro, en un modelo 100% público no puedo fijarme solo en estos apartados. ¿Acaso no es cierto la riqueza que se genera en la zona como consecuencia de la industria del esquí?. Pues sí, en plena la crisis económica la Diputación creo que pretende reducir costes, pero en vez de hacerlo con una buena planificación, explotación y gestión manteniendo una buena calidad de servicios, lo cual sería de alavar, lo hacen con una mediocre gestión por parte de una dirección politizada, manipulada y poco cualificada, consiguiendo manejar mal unos presupuestos en detrimento de la calidad del servicio con el riesgo que ello supone para la zona en términos económicos (reservas hoteleras, hostelería, escuelas de esquí, tiendas de alquiler, etc) y que sin duda son euros que también llegarían a las arcas públicas en forma de impuestos y más aún en forma de ahorro en concepto de pago de prestaciones sociales como el pago por desempleo…., pero como las cuentas públicas se pueden analizar y manejar como les dá la gana, pues eso, cada politiquillo se guisa lo suyo y listo.
El sábado 30 de enero la estación no pudo abrir los remontes por viento y doy fe de ello, pero el 31 de enero no se abrieron inicialmente las instalaciones de Cebolledo y Requejines por mala gestión de los recursos humanos y materiales de la estación, y es que si unos 30 cm de nieve fresca caída en una noche impiden que la estación no esté preparada, al menos sus puntos claves y estratégicos (silla cuatriplaza de Cebolledo y Requejines) apaga y vámonos. Pero no solo eso, con un coste de forfait sin reducción de precio se atreven a abrir un solo remonte de los dos gemelos de Salencias (¿uno parado por…. y su gemelo funcionando con colas de 25 minutos?) y debutantes de esa zona con las pistas pisadas por última vez a las diez de la noche del día anterior y nevando toda la noche…¡sin comentarios!. Ante este planteamiento de precio de forfait en función de servicios abiertos decir que es una modalidad no practicada en España, mientras que por ejemplo en Francia si lo hacen….y quizás estos “gestores” deben mirarse el ombligo y plantearse porqué el Pirineo español perdió un 30% de usuarios el año pasado y Francia se lleva el cliente español, con medidas como esta de cobrar en función de oferta al público y reducción del IVA en el sector turístico al 7%.
Señores políticos, si no saben y no quieren aprender a gestionar San Isidro, sacarle rendimiento en invierno y en verano, realicen un concurso público para que una gestión privada y eficaz garantice un bien social de la actividad del esquí para la zona y los usuarios (así debe ir redactada en las bases del concurso pues el suelo es público), y además sea rentable.
Ante tal situación podemos reflexionar sobre el coste de la gestión de una estación de esquí, la crisis económica, etc, pero sin duda alguna, esta no debe dejarnos olvidar que ante todo es obligación de una dirección garantizar los servicios que se ofrecen al público y con una calidad aceptable, porque además lo estamos pagando.
Creo que estamos ante una situación en la que se demuestra que el sistema público de gestión en la que las cuentas no están debidamente realizadas porque los presupuestos, gastos, ingresos mezclan multitud de departamentos de la Diputación, es un fracaso.
Desconozco el coste de mantenimiento y funcionamiento de una estación, pero a buen seguro, en un modelo 100% público no puedo fijarme solo en estos apartados. ¿Acaso no es cierto la riqueza que se genera en la zona como consecuencia de la industria del esquí?. Pues sí, en plena la crisis económica la Diputación creo que pretende reducir costes, pero en vez de hacerlo con una buena planificación, explotación y gestión manteniendo una buena calidad de servicios, lo cual sería de alavar, lo hacen con una mediocre gestión por parte de una dirección politizada, manipulada y poco cualificada, consiguiendo manejar mal unos presupuestos en detrimento de la calidad del servicio con el riesgo que ello supone para la zona en términos económicos (reservas hoteleras, hostelería, escuelas de esquí, tiendas de alquiler, etc) y que sin duda son euros que también llegarían a las arcas públicas en forma de impuestos y más aún en forma de ahorro en concepto de pago de prestaciones sociales como el pago por desempleo…., pero como las cuentas públicas se pueden analizar y manejar como les dá la gana, pues eso, cada politiquillo se guisa lo suyo y listo.
El sábado 30 de enero la estación no pudo abrir los remontes por viento y doy fe de ello, pero el 31 de enero no se abrieron inicialmente las instalaciones de Cebolledo y Requejines por mala gestión de los recursos humanos y materiales de la estación, y es que si unos 30 cm de nieve fresca caída en una noche impiden que la estación no esté preparada, al menos sus puntos claves y estratégicos (silla cuatriplaza de Cebolledo y Requejines) apaga y vámonos. Pero no solo eso, con un coste de forfait sin reducción de precio se atreven a abrir un solo remonte de los dos gemelos de Salencias (¿uno parado por…. y su gemelo funcionando con colas de 25 minutos?) y debutantes de esa zona con las pistas pisadas por última vez a las diez de la noche del día anterior y nevando toda la noche…¡sin comentarios!. Ante este planteamiento de precio de forfait en función de servicios abiertos decir que es una modalidad no practicada en España, mientras que por ejemplo en Francia si lo hacen….y quizás estos “gestores” deben mirarse el ombligo y plantearse porqué el Pirineo español perdió un 30% de usuarios el año pasado y Francia se lleva el cliente español, con medidas como esta de cobrar en función de oferta al público y reducción del IVA en el sector turístico al 7%.
Señores políticos, si no saben y no quieren aprender a gestionar San Isidro, sacarle rendimiento en invierno y en verano, realicen un concurso público para que una gestión privada y eficaz garantice un bien social de la actividad del esquí para la zona y los usuarios (así debe ir redactada en las bases del concurso pues el suelo es público), y además sea rentable.
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