Hacía ya mucho tiempo que teníamos ganas de hacer una visita al Real Sitio de Covadonga partiendo desde Avilés con nuestras "flacas", sin embrago por H o por B encontrábamos el momento. El parte metereológico anuanciaba el tan ansiado cambio de atmosfera para el domingo 29 de noviembre, así que o lo intentábamos el sábado o demorábamos el plan hasta quien sabe cuando.
Partimos de Avilés a las 9:30 horas con día nublado y 13ºC rumbo a Covadonga y a los 500 m de partir un coche cruza dos carriles sin importarle lo más mínimo nuestra presencia y Soraya impacta contra su lateral. Por suerte, sin daños físicos para ella ni para su Mérida.
Tras ascender el Alto de la Miranda descendemos a Posada de Llanera y notamos en nuestra cara el desplome térmico cacterístico de la zona...¡uf, qué frío!
Seguimos rodando sin demasiados contratiempos hasta que a Fer, a unos kilómetros de Noreña, se le estropea el cambio. La cadena no sube al plato. Buscando un taller en la Pola encontramos una solución momentánea, dejarlo fijo en plato grande ya que los kilómetros restantes así lo aconsejaban hasta llegar a la base de la Basílica.
Tremendo trabajo de Fer toda la ruta, dando la cara en todo momento y protegiéndonos del viento a Soraya a mí casi todo el camino y así llegar los tres al Real Sitio con una cara de enorme satisfación.
Llegar a Covadonga y ver a la Santina, el monte Auseva, la Cruz de Priena y Pelayo generan una mezcla de sensaciones difíciles de explicar, pero que seguro que más de un asturiano sabe a lo que me refiero, ¿verdad?